Como ocurre con cada necesidad, siempre hay alguien que se
aprovecha de ella. Estos años ha sido el doctor Pierre Dukan, nutricionista
número uno en Francia (por venta de libros), el que se ha ocupado de engañar a
gran escala prometiendo una dieta milagrosa. Para los que no hayan oído hablar
del método Dukan para perder peso, es una dieta que termina con tus kilos a un
ritmo de tres por semana. Y además, comiendo toda la carne que quieras, sin
ninguna restricción.
Sin embargo, debo
recordar que la magia no existe. Esta dieta se basa en desequilibrios
nutricionales, es decir, comer únicamente de un tipo de comida (en este caso
proteínas), y mediante ello obligar al cuerpo a que consuma la energía
almacenada en la grasa del cuerpo.
A pesar de que la comunidad médica ha reaccionado contra
esta dieta tachándola de peligrosa, insalubre y con efectos a largo plazo poco
deseables, la gente sigue adelante con esta dieta. En realidad muestra una
característica muy propia de nuestra era. Estamos en la sociedad de la
inmediatez. Todo lo que se requiere tiene que ser ahora, el mensaje del
Whatsapp, la nota del examen, la entrada del blog publicada… Así que tiene
mucha lógica que una dieta de este estilo tenga éxito en nuestra sociedad.
La paciencia es crucial en nuestra vida. Lo que está
haciendo esta sociedad es quitarnos la paciencia, haciéndonos más ansiosos para
que seamos más consumistas. Pero no debemos olvidar que lo que realmente merece
la pena en esta vida requiere esfuerzo, voluntad y paciencia.
La paciencia es
amarga, pero sus frutos son dulces. J.J.
Rousseau
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